102 años dedicados
a la pasta

El retrato del fundador de la fábrica de pastas Granoro, fallecido en 2015.

Attilio Mastromauro fue uno de los pioneros de la industria italiana de la pasta. Emprendedor valiente y visionario, vivió las dos guerras mundiales, la crisis económica de 1929 en los Estados Unidos, donde su padre se había trasladado con la convicción de fundar allí, en 1919, la fábrica de pastas de sus sueños. A la reina de la mesa italiana, la pasta, dedicó toda su vida, hasta el 16 de junio de 2015, cuando falleció a la edad de 102 años.

"He dedicado mi vida a la búsqueda de la calidad, realizando mi trabajo cada día como el primer día".

Un compromiso continuo y diario.

Emprendedor iluminado, Attilio Mastromauro, fundador de la Fábrica de pastas Granoro, fue el último industrial del sector en haber conocido la evolución del ciclo productivo de la pasta, desde el secado natural al sol hasta las modernas líneas de producción con control electrónico.

Dos fueron los valores que inspiraron la vida y el trabajo de “Don Attilio”, como todavía se le llama en la empresa: la familia, con la muy amada Señora Chiara, apoyo fundamental de su historia industrial, y las dos hijas Marina y Daniela, hoy ambas al timón de la Fábrica de pastas, y el compromiso constante en la investigación. “La búsqueda de lo mejor – explicaba – es un compromiso continuo y diario, y mañana se podrá hacer mejor que ayer”.

Madre Teresa de Calcuta, a quien Attilio y su esposa Chiara conocieron en los años 70 en Roma en la sede de las Misioneras de la Caridad, fue su referencia y apoyo espiritual desde entonces y durante toda su vida.

La historia de Attilio Mastromauro se cruzó con grandes personalidades del siglo XX como San Pío de Pietrelcina, el estadista Aldo Moro y Madre Teresa de Calcuta.

Al “Fraile de las llagas”, en 1961, le confesó que quería iniciar su propia empresa dejando la que había iniciado su padre Leonardo a principios del siglo. La respuesta fue: “Hazlo. Todo irá bien”.

Aldo Moro, estadista y Presidente del Consejo, inauguró la primera planta de la empresa el 21 de enero de 1967. “El Sur —dijo Moro en aquella ocasión— tiene fuerzas productivas capaces, comprometidas, serias, confiables. El Estado no puede ignorar la presencia de figuras como ustedes. Los jóvenes deben tomar ejemplo de estos empresarios por su responsabilidad social, por su trabajo”.

El Sello de Oro

En tiempos más recientes, en mayo de 2014, Attilio Mastromauro recibió el Sello de Oro de la Universidad de Bari “por la constante búsqueda de la innovación tanto en el producto como en el proceso”. Fue el entonces Magnífico Rector de la Universidad de Bari, el profesor Antonio Felice Uricchio, quien entregó esta prestigiosa honorificencia. [Ritorno a capo del testo]Antes de la entrega al fundador de Granoro, el último galardonado con el más alto reconocimiento de la Universidad de Bari había sido el Presidente emérito de la República Giorgio Napolitano.

De los 150 quintales de pasta de los inicios a los 3.500 formatos actuales, de la conquista de Puglia a los mercados de los cinco continentes en los que están presentes los productos de la marca Granoro, la de Attilio Mastromauro es la historia de un hombre que ha demostrado al mundo lo que quiere decir tener una verdadera pasión por la pasta.

CARRITO
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