Tu bienestar
cotidiano

Bueno, sano, Granoro.

Granoro para su bienestar

La aplicación de nuevas y avanzadas tecnologías en el proceso productivo ha ido de la mano con la elección ética y de valores, dirigida a ofrecer al consumidor productos de alta calidad que para Granoro siempre ha coincidido con una alimentación sana. Apoyar y promover iniciativas y alianzas con Asociaciones, Escuelas e Institutos de investigación, orientados a la salud y a la correcta alimentación, forma parte de la historia de Granoro.

la dieta para tu salud

Una alimentación de calidad y por lo tanto saludable, natural, que promueve el uso de alimentos elaborados lo menos posible es esencial para ralentizar los procesos de envejecimiento y prevenir muchas de las patologías crónicas más comunes. Por tanto, se trata de una elección también existencial y de fundamental importancia para la salud, en todas las etapas de la vida. Una nutrición adecuada, asociada a un estilo de vida activo y a la actividad física, es la base para prevenir muchas enfermedades. La Dieta Mediterránea, reconocida en 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, es un patrimonio histórico y cultural extraordinario y seguirla es sinónimo de comer bien y sano.

Las “buenas” costumbres para una vida sana y activa.

1. Hacer un desayuno abundante

Empezar el día con un desayuno abundante en alimentos saludables y preferiblemente con pocos azúcares es importante para enfrentar el día con energía y proporcionar al cuerpo y al cerebro los nutrientes esenciales para su máximo rendimiento.

2. Comer mucha fruta y verdura

Tres porciones de verdura y dos de fruta al día son verdaderas fuentes de bienestar, aportan fibras solubles, necesarias para reducir la absorción de grasas y azúcares, vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes.

3. Más legumbres y cereales integrales

La importancia de las Fibras solubles e insolubles en nuestra alimentación. Las legumbres y los cereales integrales aportan hidratos de carbono, almidones y fibras, vitaminas, sales minerales y, al ser ricos en fibras solubles e insolubles, son fundamentales para el equilibrio de la microbiota intestinal. Los cereales y las legumbres también son fuente de proteínas, por lo que constituyen un componente esencial de la alimentación diaria.

4. Beber mucha agua

Es recomendable beber al menos un litro y medio de agua al día, sin esperar a tener sed. El agua es fundamental para la absorción, la digestión y el transporte de nutrientes.

5. Poca sal

Las sociedades avanzadas abusan de la sal. Nuestro organismo necesita sodio, naturalmente contenido en los alimentos en cantidad suficiente para satisfacer la necesidad diaria.

6. Pocas grasas, y de calidad

Las grasas no deben eliminarse, pero es recomendable preferir las insaturadas presentes, por ejemplo, en el aceite de oliva virgen extra, el pescado o los frutos secos. Son grasas ricas en omega-3, que tienen efectos beneficiosos para el corazón y la circulación sanguínea.

7. Atención a los azúcares

La ingesta de azúcares simples no debería superar el 10-12% de la energía diaria, ya que nuestro cuerpo los absorbe muy rápidamente, sintiendo hambre aún antes de haber tenido la oportunidad de utilizarlos para fines energéticos. Por lo tanto, estamos predispuestos a ingerir nuevamente grandes cantidades de azúcares simples, terminando por consumir más calorías de las que se gastan. El resultado inevitable es el sobrepeso.

8. No exagerar con el alcohol

Las calorías que provienen del alcohol producen energía, pero no tienen valor nutricional. Son calorías de las que nuestro cuerpo podría prescindir fácilmente y que fisiológicamente no tienen ningún propósito. En consecuencia, es necesario controlar su consumo. Las comidas ayudan a ralentizar la absorción del alcohol.

9. Alimentación variada

El cuerpo humano necesita nutrientes variados y completos, ricos en proteínas, vitaminas, hidratos de carbono, sales minerales y agua. Por eso es importante una dieta variada y equilibrada.

10. Más actividad física

Cada edad necesita movimiento y una actividad física regular contribuye a mejorar la calidad de vida.

1. Hacer un desayuno abundante

Empezar el día con un desayuno abundante en alimentos saludables y preferiblemente con pocos azúcares es importante para enfrentar el día con energía y proporcionar al cuerpo y al cerebro los nutrientes esenciales para su máximo rendimiento.

2. Comer mucha fruta y verdura

Tres porciones de verdura y dos de fruta al día son verdaderas fuentes de bienestar, aportan fibras solubles, necesarias para reducir la absorción de grasas y azúcares, vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes.

3. Más legumbres y cereales integrales

La importancia de las Fibras solubles e insolubles en nuestra alimentación. Las legumbres y los cereales integrales aportan hidratos de carbono, almidones y fibras, vitaminas, sales minerales y, al ser ricos en fibras solubles e insolubles, son fundamentales para el equilibrio de la microbiota intestinal. Los cereales y las legumbres también son fuente de proteínas, por lo que constituyen un componente esencial de la alimentación diaria.

4. Beber mucha agua

Es recomendable beber al menos un litro y medio de agua al día, sin esperar a tener sed. El agua es fundamental para la absorción, la digestión y el transporte de nutrientes.

5. Poca sal

Las sociedades avanzadas abusan de la sal. Nuestro organismo necesita sodio, naturalmente contenido en los alimentos en cantidad suficiente para satisfacer la necesidad diaria.

6. Pocas grasas, y de calidad

Las grasas no deben eliminarse, pero es recomendable preferir las insaturadas presentes, por ejemplo, en el aceite de oliva virgen extra, el pescado o los frutos secos. Son grasas ricas en omega-3, que tienen efectos beneficiosos para el corazón y la circulación sanguínea.

7. Atención a los azúcares

La ingesta de azúcares simples no debería superar el 10-12% de la energía diaria, ya que nuestro cuerpo los absorbe muy rápidamente, sintiendo hambre aún antes de haber tenido la oportunidad de utilizarlos para fines energéticos. Por lo tanto, estamos predispuestos a ingerir nuevamente grandes cantidades de azúcares simples, terminando por consumir más calorías de las que se gastan. El resultado inevitable es el sobrepeso.

8. No exagerar con el alcohol

Las calorías que provienen del alcohol producen energía, pero no tienen valor nutricional. Son calorías de las que nuestro cuerpo podría prescindir fácilmente y que fisiológicamente no tienen ningún propósito. En consecuencia, es necesario controlar su consumo. Las comidas ayudan a ralentizar la absorción del alcohol.

9. Alimentación variada

El cuerpo humano necesita nutrientes variados y completos, ricos en proteínas, vitaminas, hidratos de carbono, sales minerales y agua. Por eso es importante una dieta variada y equilibrada.

10. Más actividad física

Cada edad necesita movimiento y una actividad física regular contribuye a mejorar la calidad de vida.

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